15.11.09

La evaluación y la autorregulación del aprendizaje

Entendemos la autorregulación del aprendizaje como la capacidad de control del proceso de aprendizaje que el alumno tiene. Consiste en un control consciente e intencional hacia una meta, unos objetivos y en un contexto determinado.


La autorregulación es una función de autovaloración, la cual no es un producto cognitivo terminado de las cualidades que identifican al sujeto, sino que en ella pueden quedar reflejados aspectos que desearía poseer, otros que le dificultan su desarrollo, las contradicciones sentidas y las metas para alcanzar la autorrealización.

Igualmente es tener conciencia del proceso de aprendizaje de uno mismo. Esto es posible a partir de la flexibilización del espacio educativo y la orientación para que éste tenga un rol activo en su proceso de aprendizaje. La autorregulación no tiene sentido si no se consideran aspectos como la motivación y la voluntad, ya que descansa en el carácter propositivo, consciente y volitivo de su actuación. En este sentido, entendemos la motivación como un atributo de comportamiento, un impulso hacia la actuación. La autorregulación además expresa el nivel superior de funcionamiento del sujeto.


Otro aspecto que debe destacarse cuando hablamos de autorregulación es la autonomía. Somos conscientes de que es un proceso que demanda la implementación de cambios en el sistema tradicional donde el profesor trasmite los conocimientos a un alumnado que los absorbe pasivamente.

Pensar en alumnos autónomos supone una revisión de las prácticas educativas y la participación activa de los estudiantes en su proceso de aprendizaje. Esta vendrá acompañada de la gradual cesión de control del proceso de aprendizaje del docente al alumno. Supone potenciar la autorregulación y el desarrollo de la autonomía. Así pues, la autorregulación trae consigo la autonomía, ya que el alumno cada vez es más autónomo en su aprendizaje en la medida en que desarrolla la autorregulación. ¿Qué implica entonces el aprendizaje autorregulado?


EVALUACIÓN

Queda claro que la concepción de la enseñanza y del aprendizaje determina la concepción de la evaluación. De este modo, una escuela mejor y con un sistema de evaluación que sea auténtico hace posible la introducción de cambios en las prácticas actuales y por ende, promueve competencias y la autorregulación de los alumnos que permitan un aprendizaje para la vida.

Al hablar de competencias, nos referimos a “las habilidades, la pericia y las aptitudes de los estudiantes para analizar y resolver problemas, para manejar información y para enfrentar situaciones que se les presentarán en la vida adulta, en las cuales, requerirán de dichas habilidades” (OECD).

EVALUACIÓN AUTÉNTICA

La evaluación auténtica busca fomentar el aprendizaje y el crecimiento personal. La utilización del término auténtico se justifica por el hecho de que la evaluación toma como base la realidad. Hablamos de una evaluación que tiene un sentido para los alumnos y que les permite traspasar los aprendizajes adquiridos a situaciones reales del cotidiano y darles los instrumentos para que generen nuevos conocimientos.


De este modo, la evaluación auténtica tiene como característica central una mayor correspondencia posible con la experiencia de la vida cotidiana. Debe ser un proceso insertado en la dinámica de la clase y continuo, donde el profesor/instructor observa el alumno/aprendiz en el curso de su trabajo o en la realización de algo concreto. Proporciona retroalimentaciones, monitorea el uso de éstas por parte del aprendiz y ajusta la instrucción y la evaluación de acuerdo con los resultados observados.


Plantear el funcionamiento de la escuela y la evaluación a partir de esta óptica supone trabajar con la concepción de conocimiento tácito, que es el conocimiento vivido/el saber de la experiencia. Supone entender que el alumno “aprende haciendo”, una vez que el foco del aprendizaje está en el cómo y no en el qué.

A continuación se presentan algunos elementos que caracterizan a la evaluación auténtica:

  • Aproximación a la realidad cotidiana.
  • Concepción del aprendizaje como construcción activa.
  • La evaluación se hace de forma continuada.
  • La evaluación concebida como una forma de aprendizaje en si misma.
  • Participación activa por parte del alumnado/autorregulación
  • Tareas guiadas/estructuradas.


COEVALUACION

Frente al desafío de extraer indicadores de una evaluación auténtica, la coevaluación se concibe como “un proceso colaborativo que permite al docente y a los estudiantes a trabajar conjuntamente: clarificar los objetivos del aprendizaje y definir los criterios o estándares para su calificación” (Somervell, 1993; Hall, 1995; Pain et al. 1996; Topping, 1998; citado en: Alvarez (2009)

Se tiene entonces un espacio más de enseñanza y de aprendizaje, y una vía para que los alumnos reflexionen sobre su trabajo y generen nuevos conocimientos. El rasgo distintivo es que permite al estudiante participar activamente en el proceso de evaluación, sobretodo en el de corrección. Parte de los supuestos y argumentos a favor de la evaluación formativa y auténtica. Entendida así, tiene tres propósitos:

  • Orientar al estudiante en el rol del docente. Su rol ya no es tan directivo sino más bien actúa como guía, mediador.
  • Contribuir en el desarrollo de habilidades en el aprendizaje. (Relación con aprendizaje estratégico)
  • Autoevaluarse (Hall, 1995 citado en Alvarez, 2009)

Defendemos que los alumnos cuando implicados activamente en los procesos de evaluación, se hacen más responsables por su propio aprendizaje, operan de forma autónoma, autorregulada, y tienen una idea más clara de lo que se espera de ellos en términos de desempeños específicos. La evaluación de los alumnos y los objetivos de la enseñanza se muestran más claros. Los profesores dejan más claras sus metas, expectativas y foco y comparten su trabajo con los alumnos. Estos pasan a formar parte del proceso de verificación de su propio desarrollo.




Referencias:

-Apuntes de clase y presentación de la profesora Ibis Álvarez en el Módulo M11 Estrategias de enseñanza: el docente estratégico del Máster Interuniversitario en Psicología de la Educación.
-Alvarez, I. (2009) Evaluar para contribuir a la autorregulación del apendizaje. Electronic Journal of Research in Educational Psychology, N.7 Vol. 6 (3) ISSN: 1696-2095.
-Alvarez, I. (2008). La coevaluación como alternativa para mejorar la calidad del aprendizaje de los estudiantes universitarios: valoarción de una experiencia. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 63 (22,3), 127-140.
-Alvarez Valdivia, I. (2005). Evaluación como situación de aprendizaje o evaluación auténtica. PERSPECTIVA EDUCACIONAL. N. 45, 45-67.


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