A partir de estas experiencias sensitivas es que se puede ir elaborando criterios y estrategias analíticas, interpretativas provenientes de la sociología, historia, etc. Por lo tanto, debemos tener muy prsente a la hora de explicar el desarrollo de los niveles de análisis, que toda esta actividad va a servir para explicar la experiencia estética, pero no necesariamente para producirla.
La estrategia interpretativa tiene un gráfico (cuadro 5) que se refiere al conjunto de decisiones a través de las cuales ha llegado a una interpretación personal de la obra.
Estudiantes hacen sus diagramas y se les evalúa. Hay diagramas distintos de interpretación para pintura, escultura, etc. Estos se comentarán hasta finalizar la actividad donde los estudiantes confeccionan sus propios diagramas. El diagrama resultante debería ser una especie de borrador sobre el cual incorporar nuevos interrogantes provenientes tanto de nuevas críticas de arte que podamos analizar como de cuestiones que los propios alumnos podrían introducir.
Luego se hace un debate sobre las distintas maneras de analizar e interpretar una obra de arte y las razones que pueden explicar esas diferencias (cuándo y por qué un tipo de análisis es más pertinente o estratégico que otro).
En resumen, el crítico debe seleccionar los aspectos relevantes que hay que analizar en función de cada obra y qué aspectos relevantes están directamente relacionados con el sentido estético que la obra tien para él. Se trata de valorar si los alumnos superan la aplicación mecánica de diagramas de decisión primitivos y optan por un uso flexible, es decir, estratégico, de alguno de sus elementos e introducen otros nuevos en función de la obra analizada y de sus intenciones críticas.
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